miércoles, 20 de febrero de 2008

MANIFIESTO MUSICAL ECUADOR

Manifiesto Musical Ecuador
A la sociedad ecuatoriana
Para la Asamblea Constituyente 2008


La música es una manifestación que sobrepasa lo sonoro: es expresión cultural, arte, ciencia, lenguaje y por ende comunicación, patrimonio e identidad. Por la importancia e incidencia que la cultura tiene en una sociedad, los postulados del ámbito musical deben ser debidamente conocidos y reconocidos por los sectores sociales y políticos. Solo así se puede propiciar un mejor análisis y comprensión que permitan la adecuada formulación e inclusión de directrices culturales en la nueva Carta Fundamental, en lo relativo a la Cultura Musical Ecuatoriana.

Aunque los firmantes -todos participantes de actividades musicales en diversas áreas- no hemos sido convocados ni consultados por organismo gubernamental alguno, queremos por un sentido patriótico y como un deber para las próximas generaciones establecer algunas premisas como fundamentos filosóficos que rijan un camino por donde puedan transitar los nuevos procesos de cambio que se quiere establecer en nuestra sociedad y por ende en la actividad musical.

Nuestra primera declaración es que las músicas ecuatorianas: popular, étnica y música académica de las diversas culturas que cohabitan en nuestro territorio, deben convertirse en el eje transversal de cualquier propuesta en los contextos del interaprendizaje, de la investigación, de la producción y difusión que efectúen los diversos organismos culturales del Estado.

Resulta paradójico que desde la pobreza en que se han desenvuelto los organismos musicales locales, sigamos subsidiando a la música europea y anglosajona y formando músicos sin una conciencia clara en torno a su propia cultura; esto solo ha traído frustración en una desigual carrera por producir músicos que se inserten en los modelos europeos y que desdeñan o desconocen sus procesos musicales. Los países ricos de donde proviene la llamada “música universal” son los encargados de auspiciar y divulgar su propia música; no nos compete a nosotros ser el brazo gratuito de divulgación de la música que corresponde a otras realidades e intereses.

Históricamente, y en el ámbito de la escolaridad, las primeras escuelas de música y los conservatorios en América se constituyeron bajo la égida de la música europea, considerada en esos momentos como el paradigma de la música universal. Es conocido que a través de las sutiles sonoridades de la música, los religiosos en épocas coloniales, la usaron como mecanismo de colonización espiritual y cultural. Esto ha traído una serie de secuelas que ocultan el racismo, desigualdad y marginación que sufren nuestras culturas musicales. El hecho de que hasta ahora tocar música ecuatoriana dentro del Conservatorio sea motivo de renuencia, burla o menosprecio nos da una clara idea de que falta superar ciertos prejuicios.

La Unesco, personalidades de la musicología internacional, así como varios pensadores que ha tenido el país en diversas áreas culturales, han señalado desde hace mucho tiempo que las músicas que más atención deben recibir son las músicas locales, desechando el derrotismo y la sumisión a las que se nos ha sometido por la imposición de los imperios culturales foráneos. Los recursos desperdiciados por siglos, sin beneficio adecuado para la música ecuatoriana, deben ahora ser canalizados hacia nuestra cultura musical y pasar de los postulados teóricos y políticos a una real aplicación de los mencionados preceptos.

El Ecuador tiene una historia musical de más de 10.000 años. Las diversas culturas que conviven en nuestro medio en las distintas regiones del país resguardan ese legado cultural de siglos que merece nuestro respeto, estudio, divulgación y experimentación.

La música precisa de espacios para desarrollarse desde distintos ámbitos, que básicamente están incluidos en la creación, la investigación, la educación y la divulgación. Este espacio vital, en lo que respecta a la música como estudio sistemático, artístico, científico, filosófico, epistemológico, debe sobrepasar la percepción de la música como oficio, entendiéndose que al músico debe dársele la oportunidad de ejercer su trabajo como profesión. Es preciso que se reconozca el derecho que tiene el músico para profesionalizarse en centros de educación superior que el Estado, por intermedio del Conesup, está obligado a canalizar y propiciar en las universidades.

Por lo que antecede, y sobre la base de los postulados señalados, queremos compartir algunas reflexiones que pueden tener su correlato en otros tantos principios fundantes, con la finalidad de que el Ecuador se convierta también en un país soberano en relación a su música, apuntando esencialmente a la misión que deben cumplir los organismos que se desenvuelven bajo la responsabilidad del Estado.

Entidades principales del sector Estatal

Los Conservatorios de Música
El primer conservatorio se fundó en 1870 en la ciudad capital. Su objetivo era el cultivo de la música religiosa y profana. Tras siete años de funcionamiento fue cerrado por falta de fondos. En 1900 Eloy Alfaro dispuso una nueva fundación del Conservatorio Nacional de Música, organismo que mantiene su actividad hasta la época actual.

En más de cien años de acción el Conservatorio ha pasado por una serie de altibajos, que bien pueden resumirse en una continua lucha por consecución de recursos y la falta de un planteamiento claro en cuanto a cómo debe realizar sus propósitos.

Los Conservatorios deben ser los centros científicos para la enseñanza, estudio y divulgación de la música, sobre todo -por razones de pertenencia e identidad- de la ecuatoriana. Por lo tanto deben modificarse sus postulados y gradualmente su pénsum para que pueda convertirse en el líder real de la aplicación de estos derroteros. Debe liderar la formación de músicos que desarrollen sus acciones no solo en la interpretación de música académica europea o de distintas partes del mundo, sino que debe propiciar el estudio y aplicación de música popular, de proyección folklórica y étnica del país, pues es factible abordar todas las músicas desde la investigación y el estudio científico, de este modo será posible contar con trabajos que desde lo técnico registren la memoria musical de nuestros pueblos. Esta inclusión no debe ser dentro de marcos jerárquicos y no deben existir aquellas inútiles comparaciones ni separaciones, pues cada una de las músicas en el interaprendizaje, deberán tener igual jerarquía. De hecho se trata de unir y no separar, se trata también de aprovechar la riqueza y experiencia de cada tipo de música para beneficio común y como mecanismo de interculturalidad musical.

Las Orquestas Sinfónicas estatales
La Orquesta Sinfónica Nacional del Ecuador se constituyó en los años cincuentas como una herramienta de divulgación del músico ecuatoriano. Posteriormente se fueron organizando otras orquestas con el mismo formato en diferentes localidades. El compositor y crítico Juan Pablo Muñoz Sanz señalaba que a la forma [el formato orquesta sinfónica] había que darle contenido y que ello solo era posible a través de la creación musical por parte de los músicos ecuatorianos, pues esa era la mejor estrategia para construir un acervo perdurable y dar fisonomía y perennidad a un pueblo.

Como fundamento y esencia de su existencia, las orquestas sinfónicas deben difundir y promover la creación ecuatoriana así como llevar a cabo propuestas que renueven y marquen contenidos del ethos ecuatoriano.

Los teatros públicos (Teatro Sucre, Teatro Centro de Arte, MACC, etc.)
Deben ser espacios donde se presenten los trabajos de composición e interpretación, propiciando el encuentro entre los creadores y el público. Un público amplio que integre a los diversos sectores sociales, sobre todo a la gran mayoría de ecuatorianos que hasta ahora son excluidos de los procesos artísticos. Aquellos espacios que forzada o interesadamente han sido concesionados al sector privado y que históricamente fueron espacios públicos, tienen que ser devueltos a sus legítimos usuarios.

Asociaciones de Artistas, SAYCE, FENARPE, AAPP, SEDAM, etc.
Creadas para la defensa y promoción del músico nacional. Sin embargo hasta ahora, con algunas excepciones, solamente han existido para esquilmar los pocos ingresos de los músicos que actúan en el escenario y no han promovido efectivamente actividades en beneficio de los autores y compositores, la mayoría de los cuales no se vinculan debidamente a estas organizaciones por la desconfianza que genera su accionar. Deben estimular la creación musical, la capacitación técnica de sus asociados, la investigación, la integración de los músicos como cuerpo social, la real protección legal para compositores e intérpretes, a más de la protección de los derechos consagrados en los acuerdos internacionales. El creador y su obra deben ser protegidos no solo a través de la defensa autoral, sino a través del respaldo económico a su ejercicio creativo y a la divulgación de su obra.

Ministerio de Educación
Debe auspiciar la elaboración de modelos pedagógicos y materiales de apoyo para la formación de las nuevas generaciones de ecuatorianos y su música, dando prioridad a los contenidos propios de la música del Ecuador. Debe ocuparse en capacitar a los profesores en el conocimiento y aplicación de estos modelos y a la vez garantizar las condiciones óptimas para dignificar esta profesión.

Los cargos para directores, presidentes o rectores de instituciones musicales y culturales, deben ser ganados en concursos abiertos de méritos y oposición y sujetarse al decreto de alternabilidad vigente, para terminar con los monopolios y puestos políticos que mantienen a profesionales capacitados fuera de esas actividades.

Debe estudiarse así mismo una ley que reglamente el horario de trabajo de los ejecutantes, considerando el esfuerzo y exposición al sonido y las consecuencias que pueden tener ante una excesiva exposición al mismo.

Es de vital importancia que el Ministerio de Educación reconozca la incidencia de la educación musical en la formación integral de los ciudadanos, quienes deben recibir los conocimientos de maestros solventes en cada área. Para esto se hace indispensable que se delegue a especialistas que estudien y modifiquen los programas vigentes para que éstos correspondan a nuestras necesidades culturales, siendo preciso que se reúna a un equipo de pedagogos, musicólogos y otros especialistas de diversas áreas para que elaboren los materiales graduados necesarios para conservatorios, escuelas y colegios públicos.

Ministerio de Cultura
El Ministerio de Cultura debe esbozar –contando con la participación de todos los actores involucrados- la política cultural del país y sustentar económicamente la generación y realización de propuestas estéticas, documentales, investigativas, etc.

Los fundamentos de las políticas culturales deben ser delineados desde el contacto directo con las comunidades de todo el país, lo que permitirá conocer las reales necesidades de cada población. Para ello se precisa de funcionarios con las capacidades, experiencia y mística indispensables que sepan llevar adelante esta tarea, con el asesoramiento de los organismos especializados.

En el área de música debe ser política prioritaria del Ministerio de Cultura el respaldo al trabajo de compositores, investigadores e intérpretes ecuatorianos por medio de residencias, encargos y concursos de composición, investigación e interpretación musical, que pueden ser canalizados a través de las dependencias directamente involucradas con la música y que a su vez, los mejores trabajos sean dirigidos hacia la divulgación y hacia una pedagogía aplicada.

Los Ministerios de Educación, de Cultura, Ministerio de Relaciones Exteriores, de Bienestar Social y gobiernos seccionales deben encaminar acciones para conseguir y dotar de instrumentos musicales e instructores a instituciones, agrupaciones comunitarias y ciudadanas como son bandas populares, conservatorios, escuelas de música, etc.

Casa de la Cultura Ecuatoriana
Debe ser el espacio de encuentro y discusión de las propuestas estéticas que se generen en los círculos especializados y en la comunidad. Debe propiciar encuentros periódicos de intérpretes, compositores, investigadores, constructores de instrumentos, teóricos, etc. Debe socializar estas reuniones a través de la publicación de revistas, libros, cuadernos, etc. En su infraestructura debe asegurar los espacios de difusión necesarios para los creadores artísticos. Así también ser el espacio para el encuentro y divulgación de las culturas populares, tradicionales y las de sectores juveniles con sus expresiones.

Gobiernos seccionales

Deben crear sus propias áreas culturales en las que las expresiones musicales locales tengan prioridad en atención y cobertura de recursos.

Estas áreas serían, como ilustrativo ejemplo:
-Área de la marimba y la bomba, para la música negra, música tsáchila, Awas, Chachis.
-Área del Amorfino, para la música popular costera y montubia.
-Área del Anent para todas las manifestaciones de la región oriental.
-Área del Sanjuanito, para la región andina.
-Área para la región insular

Cada gobierno local deberá propender a tener, con trabajadores especializados, un auditorio, un museo- biblioteca, un estudio de grabación y una imprenta para el registro, ejecución, investigación y divulgación de las músicas regionales. En algunas provincias se deberán establecer Talleres de construcción de instrumentos musicales.

Medios de comunicación estatales
Las radios subvencionadas (nacionales o municipales) tienen la potestad de ser mucho más selectivas que las radios comerciales en sus contenidos, ello brinda la posibilidad de sobrepasar los niveles de divulgación e información básica hacia alcances de comunicación, interacción y formación de sus oyentes.

Para ello obviamente los medios deben invertir en los distintos recursos indispensables: recursos humanos en continua preparación, equipamiento adecuado, actualización y manejo tecnológico, fondos de adquisición discográfica ecuatoriana, etc. Estos emisores públicos tienen que contribuir en entregar a la audiencia la necesaria información en torno a nuestra música, más aún aquellos que son representantes de una colectividad puntual o de una ciudad determinada. De ese modo se contribuye también a divulgar elementos correspondientes a las identidades locales de la música. Similar posición deberá tomar, en lo que respecta a audiovisuales, el canal de televisión del Estado. Aquellos medios de comunicación que usufructúen de la órbita geoestacionaria -que es parte de nuestros recursos naturales- en retribución deberán dedicar tiempo diario a la programación y divulgación de la música ecuatoriana.

Otras instancias

Por medio de Decreto Presidencial debe declarase como política de Estado a los Archivos Documentales. Inspirado en tal decreto, deberá implementarse el Archivo Nacional de la Música Ecuatoriana, en donde también debería establecerse el Centro de Investigaciones Musicológicas a modo de laboratorio que pueda producir los materiales para las distintas áreas: históricas, pedagógicas, de ejecución y creación.

Habrá que establecer así mismo un centro de producción audiovisual, en el que se incluya un estudio de grabación al servicio público, para que los creadores e intérpretes tengan un canal de salida a su trabajo. Éste a su vez tiene que reproducirse en una fábrica discográfica estatal o en su defecto a través un sello discográfico que permita no solo el registro de determinado material, sino de la posibilidad que estos productos generen recursos en beneficio de los creadores e intérpretes. Serán, luego, las radios estatales y municipales las encargadas de divulgar esos productos no comerciales y los Almacenes de la Cultura a cargo del Ministerio de Turismo los que expendan los registros discográficos.

Los organismos de administración de justicia también deben participar de esta renovación, llevando a cabo las acciones legales pertinentes para salvaguardar los recursos públicos. Conocemos de auditorías practicadas últimamente a varias instituciones musicales, donde se han detectado malos manejos de los fondos públicos por parte de los directivos. Sin embargo, no conocemos de ninguna acción encaminada a recuperar esos recursos y a castigar a los funcionarios que no han cumplido con la misión encomendada.

Igualmente, exigimos se examine al resto de instituciones que reciben fondos del estado para actividades culturales (Consejo Nacional de Cultura, Casa de la Cultura Ecuatoriana, Banco Central del Ecuador, Conservatorios, Orquestas, etc.) así como también a las fundaciones privadas, organismos autónomos, organismos internacionales, fundaciones y empresas municipales que se benefician con asignaciones permanentes del presupuesto nacional, para verificar que los servicios que prestan a cambio, aportan realmente al desarrollo de la cultura del país.

El Ministerio de Patrimonio debe encargarse de brindar los recursos para la debida salvaguarda y protección de los bienes patrimoniales tangibles de la música ecuatoriana, entre éstos, partituras, instrumentos, grabaciones, fotografías, inmuebles, etc., así como para el patrimonio intangible, música y danza étnica, popular y música académica ecuatoriana; también para el patrimonio vivo de nuestras culturas diversas, expresado en sus cultores que gran parte de su vida se han dedicado a lo musical y a lo danzario, fabricación de instrumentos, salvaguarda de ritualidades, entre otras expresiones consustanciales y que deben ser considerados bibliotecas vivas de la cultura.

El Ministerio de Turismo y la Cancillería deberán establecer planes de difusión nacional e internacional de la música ecuatoriana, implementar Almacenes de la Cultura que se encarguen de promocionar y distribuir los productos culturales de la música ecuatoriana.

Por la Soberanía Musical, firman
Manifiesto Musical Ecuador
A la sociedad ecuatoriana
Para la Asamblea Constituyente 2008
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